¿Por dónde has entrado, amor?
Estaba escudado tras tus celosías
para que no vinieras, no,
que estaba resguardado por temor,
pues desde la lejanía
estabas más bonita cada día
y estaba yo cada vez peor.
Vente bajo mi ventana,
aquí hay sitio para dos,
no te vayas, espera a la mañana
que es al alborecer
cuando veo florecer
tu dulce despertar sobre mi cama.
Pero, te marchaste, te fuiste,
ese fue tu dictamen mejor
ahora vuelas, ni te despediste,
una acometida que ni percibiste,
y estás tan lejos, amor...
No importa cuan lejos vayas
tu éxodo desengarza mi rutina,
ojalá un beso más es lo que haya
tras esos gritos que ahora expiran.
Tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte.
Adiós, adiós.. te digo adiós
bajo mi ventana, donde antes éramos dos.
Como estos versos.