miércoles, 14 de enero de 2015

X




   ¡Y vuelas, joder!
  ¡Y todas las maravillas del universo!

  Con las manos congeladas
  desdibujando una historia gris,
  nos quedamos en blanco
  por el frío.

  Se durmieron todas las luces de la ciudad
  una tarde
  unas horas
  unos instantes
  se nos hundió en el pecho la inocencia de los meses
  los días
  los años perdidos.
  Entre el abrazo que nos hizo implosionar
  recogí nuestros cristales rotos
  y no cortan, pero joder
  sí que arden.

  La oscuridad de las calles
  nuestro abrigo
  -que te calles,
  hoy solo sé mi amigo-
  entre las manos el mundo
  un futuro sin rumbo
  nos espera,
  no hay manera
  de flotar
  si con tus ojos
  llenas el mar
  ¡yo te espero, yo te tengo
  en este lugar
  oculta, entre mi pecho!
  Entre las sombras del lecho
  donde pudiste llorar.