Tú vives
mientras yo destruyo estrellas de basalto.
Conmemórame, haz de mí
el orden que dispersar de tu voz eléctrica.
Llámame.
No entiendo como funciona el mundo,
las noches son un poco más claras
y más grises los días.
Sigo envuelto en esta dicotomía absurda.
Mis manos. Mis manos.
Tic-Tac.
Y otra vez te has ido.
Explícamelo todo,
ayúdame a salir como tú saliste
del pozo de miedo que llamas alma.