lunes, 6 de junio de 2016

LII






Notas LII


NO ENTIENDO QUÉ DEFINE
LA FORMA DE MI ANGUSTIA.

La fuerza de mis manos dejó de ser suficiente
ahora camino más triste que antes,
grito con la voz más gastada
y he dejado de correr.
Ya no se trata de
angustia, dolor o pena,
las pesadillas aparecen como bestias famélicas
yo tampoco entiendo qué escondo,
sobre mis hombros las noches pesan,
me he acostumbrado
a preguntarme a solas por mí,
me quiero, me necesito,
pero no me conozco.
En qué han errado estos paradigmas.
Ven, resucítame,
un enemigo voraz me lo ha quitado todo.