Encadenado presido mi propia militancia,
muros de un vacío psicológico
dicen llamarse ruinas.
Una corona de piedra
achacada a los avances de la maleza.
Eso dicen ser,
y yo no veo reflejo en mis ojos.
Hermano, tengo miedo,
mi otro yo me busca entre sangre y lascivia,
carga a la espalda un arma llamada Culpa.
Creo que busca atravesarme el pecho...