sábado, 17 de junio de 2017

T A V -

















En esta habitación
el calor me alienta hacia otra noche,
no hay frío y la soledad
está un poco menos marchita que la costumbre que la envuelve,
la rutina está rota
y orea el viento la sangre de mi espalda,

el espejismo traba sin tinta tu mirada
y hemos visto cada uno a través de la máscara del otro
yo preservo mi vacío acompañado como bien sabes,
tu eres como
las dieciocho rosas negras de Brais Nogueira
pero sin dolerme.

No hay poema y en este recurso
acudo a ti
y agoto el poco tiempo que me queda en el pandemónium,
porque cuando salga por esta puerta que me grita
de mí quedará un recuerdo amnésico
y alguna sombra.

No te confundas,
cada vez que te miro ardo de manera capital,
asfixio mi mente desolada entre la poesía que te leo
y la que te escribo,
entre el pálpito sangrante que hay en tu alma
y en mi costado.

¿Acaso este acero frío
podría cortar una hoja?

Cuando me miras me envuelvo
en el recuerdo nocivo que una vez escribí enamorado
y que ahora no encuentro.

Cuando salga de esta habitación
de tu puerta, de tu casa
de tu mente,

no seré yo.