Soy adicto
al fuego de la pirotecnia
y a los acantilados,
miro como los cuerpos
absorben la electricidad de las medusas
en esta hora minuto segundo
que me magnifica entre la tarde,

ABSURDO,
como lo interior a lo anterior
de la raíz del ser del vacío
del no cuerpo que me habita en silencio
engulléndome a mí mismo en una paradoja cárnica

alentando inexorablemente

el desorden del rocío.

Uve

Me ha preguntado mi hermano
cuál es el hogar.

Hermano el hogar...
el hogar conecta contigo,
en cada portal y en cada barrio
donde las acometidas de la noche insomne
no puedan dañarte,
donde rías conmigo o dónde
decidas llorar sólo,
en donde respires y respires
hasta expulsar el humo gris que llevas dentro,
en cada lugar
en el que yo me encuentre,
en cada letra,
en cada abismo de frío
al que decidas sobreponerte,
ahí estará tu hogar, hermano.

En cada portal y en cada barrio
dónde las acometidas de la noche insomne
no sean capaces de alcanzarte.

Eterno será tu hogar
en cada casa en cada calle en cada ciudad
en dónde yo me encuentre.                                           V.