Cada palabra escrita
con nuestro amor
nos delimita.
Lo siento si me repito
pero a tu lado todo era
tan bonito.
Entre mareas voraces
fuimos estrellas
fugaces.
Con tu olor recuerdo
que sin penitencia
no hay sufrimiento.
Otra VOZ y más mentiras,
sus nombres plasmados
en poesías.
Cuadragésimo intento
por respirar
sin aliento.
Pregúntate ahora quién te respalda
si tus cicatrices
siguen por mi espalda.
Triste alegoría es mirar tus mensajes,
no escuches al cielo;
yo sigo cazando aves rapaces.