Cartas V
No sé por qué
sigo leyendo tus poemas,
si me duele cada vez que grito.
Ahora lo entiendo
el día que dejaste la pena atrás
por nosotros
fue cuando decidiste
olvidarte de todo.
No eres el ser
execrable en esta odisea,
pero ahora
un abismo de frío
me carcome inexorablemente.
No puedo hacer canciones
con La Menor,
llevan todas
tu nombre.
Ni Jose Hierro
pudiera entendernos
a ninguno.