Quiero que te vayas,
al alza en mi muerte cercana en un valle
muy arriba muy arriba
dónde no veo nada y tú ya no te encuentras.
¿Sabes? a veces ni respiro,
no entiendo por qué estoy muerto de rabia
ni en qué parte de mi vacío olvidé cuando tenía 15 años.
Ciertamente expansión térmica ilimitada,
ya no me refugio en el corazón de los demás
pero si miro a través de mis ojos...
La perdición de inmolarse en una constante rutina,
o en ti,
me lo arrancaría todo con tal de que te llevaras el dolor.