El poema vuelve a nacer
porque es un círculo
mirando a las entrañas
como el dibujo inexorable que son.
Ya no me miras como si me increparas
una parte del desahucio,
aunque a veces te extrañe
desde la cicatriz profunda del silencio,
como si me cercara
el llamamiento de las aguas del Estigia.
Odio et amo,
partícula - antipartícula,
carga eléctrica antagónica.
¿Sólo ves lo que te muestro,
nada más?
Anestesio Delta 9
de vuelta al Jardín /vos/tánico
para llenarme
del azul sacramental que te gotea.
Libérate de tus ataduras terrenales,
entra en la nada,
vacíate,
y conviértete en viento.