lunes, 6 de febrero de 2017

T0











Entre el silencio del cielo
he visto un ángel verdeoro
tallando fuego en las cruces de la sombra,
la escarcha cubre el sinsentido de los acantilados,
el precipicio es algo interior,
inconexo desde la raíz hasta lo aún más profundo del ser,
donde habita la forma penumbra
que sólo escuchas desde la oscuridad.
El grito cruel que continua tomando forma
y retumba las paredes de la poesía,
donde no existe un proceder.
La existencia es tan inefable como la violencia en una flor,
cada cosa tiene un lugar en el mundo,
la venda que me ciega tapa a la vez las heridas
de todo lo que he visto.
Es cierto, a veces no comprendo,
sin por qué: a veces no comprendo.
El cénit del abismo
es un tratamiento cero.