miércoles, 24 de febrero de 2016

IX




 Notas IX

A través del color de tus pulmones
el rojo nos dejó la cara
sangrienta.
Ahora. Ahora, después
de tanto tiempo
no sé que está pasando
mis manos
nunca han sabido tocarte el pecho
tus pulmones
a través del color de tus pulmones
el negro nos dejó la cara
sombría.





VIII




 Notas VIII

La sombra
de todo he
pretendido hacer brillar
con la luz de mis manos
he muerto
con la luz de mis manos
he pretendido hacer brillar
del todo
esta sombra
esta sombra
esta SOMBRA.





VII




 Notas VII

El pasado
he desmedido
el pasado.
No sé como llamar
a la delgada línea que nos separa
ayúdame a romper (...)
este eclipse
lo ha ensombrecido
todo.







VI




Notas VI

Mi padre ha muerto
estoy aquí
sobre su tumba
he llorado
lo que nunca fue:
mi padre
y ha muerto
y aquí estoy
sobre su tumba
llorando
que he perdido a mi padre
y no sé hacer más
que
llorar, pues
ha muerto
lo que nunca ha sido
mi padre.

A quién estoy llorando.




V




Notas V

He encontrado
lo que soy,
aquí dentro
en este suelo manchado
con mi nombre y
con mi sangre
he encontrado
lo que soy.
Sergi, los ángeles
no han muerto,
no han manchado
este nuestro suelo
pues, aquí dentro
he encontrado
lo que soy.

Y mírame pues
soy el tenue resplandor
que alumbra
tras el miedo de sus alas
la sombra.




IV





  Notas IV

Ya ha pasado todo
ahora tan solo mírame,
oh, ya
ya ha pasado todo
tan solo
oh, tan solo
mírame.
Qué ves cuándo digo -miedo-


                                        (...)





III




 Notas III

Manos rotas
ahora
conforman rostros
carmesí
fue el color de aquella noche
infausta
tu técnica
para hacerme dormir
solo bastan
tus manos
carmesí
tus manos,
como aquella noche,
infausta.





II





  Notas II

Yo soy la propia ausencia
que entre estos trapos
te abriga,
-frío-
creo que he hallado
la manera de no esconderme,
mas,
tú sigues gritando
que desaparezca.






I





  Notas I

 He quedado inquebrantable
tras vernos
he sido menos
luz que muerte ahogada
tras un adiós.

Ecos de mis pasos
soportan a cuestas
el calor que resguardas
fuera de mí.

Esclavos con
cadenas prensan
el fuego resplandor
de tus ojos grises;
no sé dónde estás.




domingo, 14 de febrero de 2016

adalwmrem




 @ ...


 He arrancado, de mi pecho, nuestra crónica
y estoy igual de exhausto
que tú.

No te recordaba
pero a veces
sacude impasibles, el viento,
las hojas.

Nos quedó un beso
en el punto más bonito
de nuestra historia.

Mi reloj cercena impávido
lo poco que me queda de ti,
mi garganta jamás gritó PUTA
con más frenesí.

De mi propia soledad
te has hecho dueña,
nunca me enamoré de ti
y mordazmente lo fuiste todo.

Discúlpame las pocas heridas
que te hice, pues
pocas veces he podido catar el cielo.

Supongo que mi voracidad
nos consumió. Lo siento.
Sospecho que lo siento.

Háblame, pues
la última vez que nos vimos
similabas más oscura y triste.

Háblame, si me ves
háblame.
Pues mi disgregación
es inexorable.





sábado, 13 de febrero de 2016

cpi





   Cartas VIII

Cartas 8,
la penúltima vez que te escribo.

Lo siento.

Léelo en acróstico.
O haz que recuerde todo lo que pasó.
Sé que nada estuvo vacío.
Intenté con todas mis fuerzas arrancarme el disfraz
E a miña propia antigravidade consumíume. 
No quería escapar, pero
Todo es más complicado aquí dentro.
Oscuridad.

Nadie ve
más allá de mi ojos,
como tú hacías.

Lo siento, yo
no tendría que haber desaparecido. 

Me complica pensar en esto
No sé si me duele
o es que te echo demasiado de menos.
Lo último que nos dijimos
fue un adiós
y el ímprobo colgar de la línea.

Fuiste tantas cosas
y a la vez ninguna.
No sé lo que sentí por ti, pero
me acompañará toda la vida.

Ni fuimos ni seremos, nunca
la mitad del otro.
Supongo que, honestamente
fuimos aves dispares.

Grazas, andoriña. 





miércoles, 10 de febrero de 2016

231





Estos días
no ha dejado de llover
y tu voz no ha clamado
mi nombre.
Bajo el agua
he sido verbo,
mi viento recio,
de tu alias,
se proclama siervo.
Dime cómo
puedes gritar
con esas marcas al cuello.
Gracias,
por lo menos recuerdo
el frío que hacía al besarnos.
No sé cómo
salir de aquí.
Ayúdame.
No entiendo
de qué tienes tanto miedo.
No creo necesitarte
pero, aquí resido fuera
de mi propia expresión.
Y tú
sigues sin poder mirarme.
Sé lo qué he visto, pero
deja de alejarte, pues
tengo añoranza
de lo que conforma
nuestra propia inexistencia.









miércoles, 3 de febrero de 2016

ipc





  Cartas VII

Transpiro,
la última gota de tu sudor
me sacia.

Súbitamente
nunca nos consideré eternos,
pero yo ya estoy muerto
y balas de plata
me horadan los pulmones.

Intento decir algo
y silencio
y cada vez sé menos
quién soy.

Te has ido,
llevándote
lo poco que conocía de mí mismo.

Yo tampoco espero que regreses,
en algún momento de mi vida
pedí tranquilidad.
Irónicamente he perdido
la cuenta de mis sístoles.

El cielo de la noche oscura
me socava,
haciendo imposibles
los pasos de tu éxodo,
pero, oh, mi extinta alevilla-quimera
que alegre germinabas
por
todas
partes.
¿A dónde te has ido?