domingo, 30 de octubre de 2016

Enlace











La Eterna Praxis del Todo. V


Quinto acto.
El poema se reduce a cero.
El Poeta vale polvo.

El factor fronterizo
son los muros de sus propios límites.

En el ayer quedaron los vestigios
de la esencia última de...

Por eso El Poeta ya no es.

EL POETA EXPLORA LOS LÍMITES
DE SU PROPIO SINSENTIDO.

¿Arrasarías tú con la penumbra
que me cubre?

El Poeta implora, oh
El Poeta suplica.

El Poeta ya no es.





















viernes, 28 de octubre de 2016

Llegaremos a Tiempo










Se nos va todo,
del cuerpo, del alma,
del rostro que de asesinada calma
esconde tu miedo redentor.
En la memoria de la noche
me deshago como con tus alientos
y corro y huyo
y vengo dando muerte en esta hora cercana
tan ausente, tan ausente
como la fuerza que te repliega la sangre y me pide
que calle, que ahogue en el desánimo
el humo que a mi paso cubres con tu silencio.
Y en el silencio hallo un dolor
tan ausente, tan ausente
como el arrancado pálpito que aún conservo
del abismo.

Cotejo y comparo sombra
porque en mi negrura no encuentro equivalencia de ser,
y tal vez alguien que entienda
y tal vez alguien que entienda
cuánto me deshace escribirme
para retratar mi esencia en un hálito vacío que sepa
cuánto ha callado esta orilla
tan ausente, tan ausente...
como el vestigio de tierra en que vivo
el eterno paso del tiempo.













viernes, 21 de octubre de 2016

5 64








Combato la implacable ira con dosis de un amor extraño,
en mi interior oculto volcanes de sangre violenta.
No hubo muerte más súbita que la de nuestras miradas
a punto de complementar al punto de origen cósmico.

El hoy extingue versos en mi boca,
no sé cómo hablarme a mí mismo cuando regreso a casa
y nadie espera.
Grito ante desconocidos un caos que me desordena
porque así aplaco los gritos en mi oscuridad interior.

No puedo ser yo ni conmigo mismo.
El niño de un ayer y mi muerte
se contemplan como planos antitéticos de un espacio.

El límite de la imposición es la espera,
yo hace tiempo que me arranqué la paciencia
en pos de cambiar de vez en cuando los ojos que me seducen.
Egoísmo razonable disfrazado,
confieso en este lugar secreto
que a veces prefiero morir
a tener que mirarme otra vez en el espejo.











sábado, 8 de octubre de 2016

.








El poeta es aquella fuerza que desborda
prensa el alma sin acústica 
oscila entre el desgarro y la carne
no teme, no piensa
no tiene, no necesita
verbo que descalce su ansiedad y corrija 
otras formas menos dolorosas de saltar. 
El poeta observa cada esquina para no caer
no es presa ni figurante comedido
no existe, no halla
no corresponde a la constante sucesión de un tiempo. 
El poeta se limita a la tosca superficie de su pecho
rozando la mortalidad
no busca entre las fauces 
quimeras que absorban barreras limítrofes entre él
y entre esta sensación que llaman prensa de vacío.

















ams









La eternidad dispone de una bala
con infinitos intentos. A veces
miro de reojo si existes.
Cuando me hablas, me inspiras.
No tengo razón alguna de ser,
pero aquí entrecomillo el último dogma
que me queda habitable.
No resisto el avance del desengaño,
aun libro batallas en una guerra extinta
hace ya muchas eras.
Insisto. En ocasiones héroes muertos
saben quién soy.
Yo he perdido el sentido que me precede,
tú eres negra y mortal como una sombra.
Mi sonido es el entrelatir
de la posición de nuestros dos cuerpos,
porque perpendicularmente nos amo,
sí, nos amo,
aunque la voracidad de los traumas nos persiga.

La intención de correr no es justa.















Salud





                                                                                                             Poema de Amor.


Te escribo.
Lo triste es que te escribo.
Me prometí tantas veces
decidir cuál de mis poemas sería el último
y mírame suplicando que me cures las heridas
como antes hacías con mi tristeza.
Ya te he superado.
¿Pero a qué precio me he salvado?
Cada noche, cada vez que pensaba en ti
no sabía que trozo de mi ser arrancarme.
He esperado tanto tiempo a que volvieras
que he devorado cuadernos intentando retratar tu ausencia.
Me he ahogado en mi propia fosa común,
he achacado y combatido la oscuridad interior
creyéndome yo mismo mi enemigo.
Y ojalá me hubieras visto herido y destrozado,
porque en mis ojos hubo más dolor
del que ojalá pudiesen denunciar estos versos.
Diciembre sabe a agujero de revólver,
NO NECESITO QUE VUELVAS,
pero me arrancaste algo impronunciable.
Mira cada poema,
no hay acusación, no hay éxtasis,
no hay sangre, no quiero que el deseo
y la angustia tengan ambos la forma de tu espalda.
He desgarrado práxis, he creado teorías,
he matado cuervos, he perdido,
al son de las dicotomías, mi cabeza.
Y NO NECESITO QUE VUELVAS.
Sé que la sombra de lo que fuimos me persigue
y aunque intentes quemar tu pasado
tan solo agrandas las tinieblas que lo delimitan.
No busco perdón,
se que estás fuera, que has llorado,
que has estado sola y que has follado con hombres malos,
pero míranos.
Míranos.
No tengo más que gritar poesía con sabor a muerte violenta,
no me dejaste nada más que esto.
Una herida de bala y pastillas para la amnésia.
Cómo no ibas a ser perfecta
si me perdonaste más de lo que yo le hubiese perdonado a nadie.
¿Por qué no te escribí más poesía
cuando todavía estábamos juntos?
Y claro que he pensado mil veces en buscarte,
en llamarte de nuevo, en empezar de cero,
en buscar a otra como tú.
Tan solo he conseguido hacerme más daño.
No te he vuelto a ver desde que desaparecimos,
y perdona si quizás me parto en dos
cuando por un instante nos encontramos,
una noche en cualquier local, o me escuchas gritando poesía en algún escenario,
o perdiendo el conocimiento en alguna parada del bus.
Mi dolor no conoce velocímetro.
Y no me siento orgulloso
de que la mitad de mis poemas sean
para el abismo insondable que dejaste
pero oh, ahora mírame, aquí soy grande,
aquí por un minuto soy grande,
cuando por un momento les hablo de quién eras,
de lo que fuimos, soy infinitamente grande.
Aquí soy más alto incluso que desde nosotros.
y quizás este poema jamás tenga fin,
porque desconozco cuántas cosas me quedé sin decirte.
Ahora el eco de tu nombre hace mella como barrotes de acero,
y sin embargo, mírame. Ya ha pasado todo.
De Metal. Ahora soy de metal.
Perdóname.
Este es el último poema que te escribo.












IIIIIIIIIIIIIIII



Enséñame, he caído en el amor
tan fácil tantas veces
que no consigo escapar de esta penumbra.
El día final seré,
espejismo único de esta persona presente,
esperando que me arranques quizás
lo último que queda de mi razón.
A veces voy tan rápido que, oh,
necesito disculparme conmigo mismo por hacerme tanto daño.
He acabado conmigo,
esta poesía egoísta no alivia,
mi color informe desgasta el aliento que percibo,
gotas últimas de un ayer que ardía
dentro de mi máscara.
Esta imagen
ahora destrozada por el tiempo
no es si no una marca
que desangra y oscila en mi memoria nocturna.
Dame alas, que ahora
tan solo quedan poetas por las noches.








Rellenando Círculos








A veces la lejanía ocasiona
que el ser distante me conceda
la prisa y el latir de las puertas que aminora,
y es sin más que mis palabras
no van más allá de lo que mis cuartos encierran.
A veces soy más abismo que intención de precipitarme.
Sin embargo en mi estancia presido
delirios de un comité nocturno.
No hay luces en el letargo del sueño,
eterna y ardiente figura haciendo alusión
a la sencillez de la vigilia.
No hay fronteras, no hay mares y aquí te amo,
como si una normalidad común nos petrificase,
aquí te amo,
mas cuando estás, lenta y callada
en esta hora de muerte, entre mis brazos
finjo que yo soy una sombra
y creo saber que existes, oh mujer paradigma,
azul el cosmos sangra incógnitas ilegibles.
Mi intención es más dolorosa que tu ausencia
y prosigo intentando evadir
una realidad que me fosiliza y oscurece
el pórtico de luz que mi poesía refleja.

La poesía es un cañón comecorazones
aminorando inexorablemente la prontitud de los hombres.