martes, 29 de noviembre de 2016

--












Combustión interna suicida,
ramo de cien flores prendido en mitad del mundo,
escarcha que desangra tu miopía,
tatuada cicatriz de un poema,
el declive que me abraza pocas noches,
momento en que no degusto un café con asco.

Tú.

Filo en mi garganta tosca si estás lejos,
te miro las pocas veces que me tocas,
poema inacabado a lo largo de una historia,
-la sangre de tus venas en mi boca-
la eternidad en un instante,
inmensa semilla mártir del pánico;

Tú.















-











Si tú entendieras
el miedo que me da ser introspectivo.
¿Cómo definir pequeñas explosiones?

Pequeña explosión repentina.
Entre las luces has arañado la profundidad de mis sombras,
pequeña explosión inintencionada.
La tristeza me ahoga, soy preso, soy soga
minutos que espero a la sombra del roble.
Pequeña explosión eclipse.
Si pudiera no volver a mirarte a los ojos,
seguir yo solo,
perdido,
Yo.

Pequeña explosión devastadora.
Devastadora explosión introspectiva.










miércoles, 23 de noviembre de 2016

Declive











Declive,
en tu rostro esculpo amaneceres.
¿no reconoces cuánto dormí en tu abrigo?
Reniego del "yo" que aún recuerdas.
Me inmolo en la intensidad de tu mirada,
ahora confiesas que soy mártir en tus ojos.
La invasión es una constante pérdida en ti,
en el no cuerpo que me desgasta,
en esta insustancialidad que aún te apunta.
No imagines mis heridas,
hoy un recuerdo nos aleja del frío,
y oh, por un momento,
estuvimos apunto, de nuevo, de ser,
parte calma parte expansión térmica ilimitada,
pero de ser, no infinitos, si no reales,
en este aquí, en esta precisión,
en este hecho que constato al verte.
Y si no vuelves me deshago.
Y si no vuelvo, en este poema
te dejo escrita para siempre.















viernes, 18 de noviembre de 2016

2 14









Aquí donde vivo,
en esta tierra y condición que me expugna,
oscura raíz mártir del pánico,
tampoco he hallado el infierno.
Mi infierno, mi constante paradoja inmóvil,
quién se inmola así mismo y me espera
en silencio, entre esta comitiva escrita,
no sé si es mi alter ego
o un antagonista cruel y culpable.

Es en la esencia dónde repudio un modo lógico,
una práctica lícita para la poesía
que no sea estar maldito.
Maldito, carcomido, informe, roto,
es el texto que refleja lo que mis amigos me ocultan.

En todas las cosas, en todas las cosas que físicamente toco
destrozo la millonésima parte del segundo,
del tiempo que consume la línea ígnea que me separa
entre la vida y el humo.

Aquí en mi tierra,
aquí donde vivo,

soy irremediablemente polvo.










jueves, 10 de noviembre de 2016

```












La carga negativa que soporto es matemática,
la decisión de mis hechos,
acciones puras negativas o positivas en contraposición de existir,
la cifra que soy,
esa incognoscible cifra, resolución, hecho o resultado
es la máxima representación animal o poética de mi realidad individual,
por ello no profundizo más allá de lo que no sé,
condenado eternamente a observar el conocimiento sin absorberlo,
a crear pensamientos sin nexo
que oscilan entre lo filosófico y lo poético a niveles de quarks mentales.

Es cierto que en el horror se haya precisamente lo poético de las cosas,
en la inconsciencia de si saltar o no porque qué más da,
qué más da si trasciendo a otro plano o si fallezco irrevocablemente,
si soy veneno puro en la sangre de contaminados por ese mismo horror,
por ese cinismo, por ese gesto involuntario que traspasa mi capacidad de ejecución. 

Qué más da si muero entre flores o entre fama
si la intensidad de mis gestos será en mayor medida mi PROPIA medida.













lunes, 7 de noviembre de 2016

+








No encuentro nada,
en el ser subsanado de una demolición previa,
en este cuarto vacío donde no hablo con nadie,
me aparto y en cada esquina observo mi propósito pasado.

Escribo entre estas cuatro paredes sin horas,
escribo para demostrarme
que no vivo en un mundo en el que no existo.

Me vacío ante lo escrito,
dignifico la expresión última que me concedo
como algún miedo del que rehuyo.

Sin embargo de ti no parto,
en ti siento una nostalgia que me acompaña,
aquí siento que mi espíritu no se hace adulto y es inocente.

Como la mentira escondida tras un agujero de bala
me someto a la concentración del pánico,
A TI TE CONFIESO
AQUÍ EN ESTE SITIO DONDE ME ESCONDO
QUE NO EXISTE CUCHILLO CAPAZ DE ATRAVESARME.