martes, 31 de enero de 2017
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Entre las piedras, las ruinas, las bombas,
las balas, la televisión y el hambre,
hay personas.
Yo critico una diplomacia que defiende el interés
frente a la justicia.
He visto las bombas teñir la sangre de hermanos
en ceniza.
Tampoco entiendo a qué sabe la metralla,
pero sé que hay carne de cañón de sobra.
El problema
es la fraternidad fingida,
la máscara que tapa la tinta roja de un rostro cruel,
la sangre señalada para rellenar cargadores.
El comercio y la trata
donde vale más una bala que una vida
y el velo de muerte a la caída de un amigo
en un instante, representa la muerte interior,
la helada penumbra que arrastra a cada persona al no retorno,
y está tan frío como el corazón del diablo.
El muro de contención lógico que rompe la moral
un traumatismo desconocido e intratable.
Y hay quienes se atreven a ponerle un precio.
Yo lo único que puedo hacer es un poema
que oree la sangre del campo de batalla,
esto va por Jiménez y Machado,
por las explosiones no introspectivas
por los muertos,
y por cada niño que sepa dibujar el cielo,
la tierra, el sol, el mar... y un fusil.
jueves, 19 de enero de 2017
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Si yo te mirara como tú lo haces, amiga
que tengo por hombre en mi corazón escondido
tu nombre, tus ojos y tu rostro dormido
y tu cuerpo beso como enredadera a la ortiga
que a su vez se parece, tu torso, al alambre
y yo no temo en este día tu semblante afilado
de mi río es corriente en este valle olvidado
mas es tu electricidad quien me produce el calambre.
A veces el viento que sopla es escaso
si no mece tu cabello y descanso
en el seno que me produce la ausencia.
Cristal que rompe en las olas, si acaso
tu dulzura es reflejo del ocaso
bríndame pues un poco más, tu presencia.
-
Hoy es uno de esos días
en los que no me apetece hablar con nadie.
Ojalá me entendieras como José Hierro
y sin palabras poder hablarte.
No es por ti,
de verdad que no es la típica excusa inmaterial y cliché,
pero es que el problema no es ajeno.
¿Alguna vez ha habido
enseñanzas para el desarraigo?
Yo creo que
en la epístola prodigiosa que escriba un día,
un día antes de mi muerte
o de mi último derramamiento de sangre-conciencia,
hallaré la respuesta.
Mientras tanto, ¿con quién camino?
En qué curva del abismo
circulan mis dos mitades.
A veces, frente a quien sea,
me siento ignorante, inmoral y pésimo,
después me abriga un sentimiento meritorio
que falsamente me reconozco.
El talento me sabe agridulce.
martes, 17 de enero de 2017
!!!!!
¿Me ves tú a través de las cosas que escribo?
¿Cómo soy desde fuera?
¿Ves algo más de mí que se me escapa?
Eres como la última bala en la recámara
que guardo en silencio para el día del Juicio Final,
frente a Dios, no callaré lo que en los textos aparto,
tu infinidad es una cifra
que con las manos separo y refundo,
pero en la última hora del último día
que viva sobre esta tierra
que piso y muerdo con mis fauces,
dime quién quedará en pie para dormirme o para sanarme,
con qué juicio harán juicio de mis actos
o quién me hará pagar por lo que habré hecho.
Como el siniestro de una pesadilla que revivo,
despierto y me observo con asco,
soy yo, yo mismo en un absoluto silencio recurrente,
apuntando hacia mi frente mi otra persona,
su nombre hace eco en mi oscuridad interior
y siento en la lengua la humareda de la pólvora.
La totalidad de recrear una realidad paralela en mi mente:
como si fuera un delito real representar el delirio.
martes, 10 de enero de 2017
Incendiario.
Incendiario.
Soy el calor de la llama,
ignición de una carga súbita,
mortal ascua que condensa el oxígeno,
luz prendida en la vela,
combustión interna suicida y experimental,
viruta de fuego descosida de Neruda,
hálito que acciono en las eras del fuego.
-Incendiario. Todos me dicen que soy muy incendiario-
y cada noche me apuñalo entre el humo;
la ceniza manchada con sangre me da asco.
Quizás tenga facilidad, como tú dices, para escribirme,
sin embargo CADA MALDITA NOCHE pago el precio.
Es aquí donde prendo esta pira interior,
abrasado espíritu del fénix en el carbón,
calcinación fatua entre la candela que ignoras,
rescoldo de hoguera consumida en las horas.
lunes, 9 de enero de 2017
-
Quiero que te vayas,
al alza en mi muerte cercana en un valle
muy arriba muy arriba
dónde no veo nada y tú ya no te encuentras.
¿Sabes? a veces ni respiro,
no entiendo por qué estoy muerto de rabia
ni en qué parte de mi vacío olvidé cuando tenía 15 años.
Ciertamente expansión térmica ilimitada,
ya no me refugio en el corazón de los demás
pero si miro a través de mis ojos...
La perdición de inmolarse en una constante rutina,
o en ti,
me lo arrancaría todo con tal de que te llevaras el dolor.
jueves, 5 de enero de 2017
Gladio
No me acostumbro a no escribirle a mi desánimo
¿dónde están mi humo y las tormentas que me configuran?
-el rayo que no cesa-
millonésima parte de un pársec que retengo en mi mente
donde estás solo tú,
plantada en negro de mi inconsciencia en blanco,
disparo en frío que atraviesa un cuervo.
Escucha, entre mis manos te acojo sin que sea precedente
porque yo no te amo, pero si lo hiciera
dime hasta qué parte del pecho me cubriría en la medianoche,
en qué lugar del crepúsculo dejaríamos de ser
la misma noche que entre tantas otras noches me atravesaba,
tú no lo entiendes,
pero eres como una muerte cálida en mitad del mundo,
roble oscuro que el tiempo no desgasta.
Sé que mis influencias post-románticas
no me llenarán el bolsillo,
que yo no soy Cortázar ni tú eres el naufragio,
por tanto, ¡sálvame!
¡sálvame de esta regresión que me hace olvidarte a cada instante!
y en este segundo, mientras vacíe este revólver en mis sienes,
dispárame.
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